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EL DIARIO DEL ARTESANO
Después de 3 décadas, las últimas piezas de joyería de este artesano que se jubila se están volviendo virales
Escrito por Clara Martínez - Redactora de El Diario Del Artesano
Publicado: 20 de mayo de 2025 - Actualizado: Hace 2 horas

A la izquierda, Atenea, de 5 años, aprendiendo de su abuela en 1960. A la derecha, Atenea, de 70 años, transmitiendo el mismo oficio a su nieta. (Foto: El Diario del Artesano)
«Atenea se despide del oficio que ha amado toda su vida. Sus últimas piezas artesanales ya están disponibles - con hasta un 80% de descuento»
Todo empezó en la mesa de la cocina de su abuela.
Atenea aún recuerda el tintineo de las cuentas sobre una vieja mesa de madera y las suaves manos de su abuela guiándola. Era sólo una niña cuando aprendió el arte de la joyería, no de un libro, sino de la familia.
«Cada vez que creo algo, la siento conmigo», dice Atenea. «Me transmitió algo más que una habilidad: me transmitió amor».
Ahora, 35 años después, Atenea se prepara para decir adiós a sus herramientas. Después de toda una vida creando a mano piezas únicas, se jubila. Y por primera (y última) vez, ofrece sus últimos diseños con hasta un 80% de descuento.

A la izquierda, Atenea, de 5 años, aprendiendo de su abuela en 1960. A la derecha, Atenea, de 70 años, transmitiendo el mismo oficio a su nieta. (Foto: El Diario del Artesano)
Un sueño alimentado por la pasión, no por el beneficio.
Después de la universidad, Atenea no persiguió tendencias ni trabajos corporativos. Eligió un camino diferente, que la llevó a polvorientas tiendas de abalorios, herramientas artesanales y cientos de horas tranquilas dando forma a historias de metal y piedra. Vendió su primer collar en un mercado local de Cancún. Desde entonces, no ha dejado de crear collares y de fidelizar a sus clientes, que adoran el alma de su trabajo. «Cada pieza cuenta una historia: eso siempre ha sido más importante que ganar dinero».

Décadas después, el taller de Atenease había convertido en un santuario, un espacio lleno de historias, chispa y las manos firmes de una maestra. (Foto: El Diario del Artesano)
Más de 30 años, miles de piezas e incontables sonrisas.
Desde conjuntos de boda personalizados hasta pulseras de cumpleaños, las joyas de Atenea han marcado los momentos más íntimos de la vida de miles de mujeres. Cada pieza lleva su firma: acabada a mano, dirigida con el corazón y hecha para durar. Incluso en tiempos difíciles, se negó a subcontratar o recortar gastos. «Si no se lo regalaría a mi propia hija, no lo venderé».

Con su otra nieta a su lado, Atenea comparte no sólo su oficio, sino su corazón, sus historias y el amor que hay detrás de cada pieza hecha a mano. (Foto: El Diario del Artesano)
Pasar la antorcha a la siguiente generación.
Hoy, Atenea enseña a su nieta lo mismo que su abuela le enseñó a ella. Es un ritual tranquilo: ensartar cuentas, reír, contar historias. Las herramientas son las mismas, pero el significado se ha profundizado. «Esto no es el final: es el cierre de un hermoso capítulo».

Con su otra nieta a su lado, Atenea comparte no sólo su oficio, sino su corazón, sus historias y el amor que hay detrás de cada pieza hecha a mano. (Foto: El Diario del Artesano)
Su última colección, disponible ahora, antes de que desaparezca para siempre.
Esto no es un truco de marketing. Atenea se retira de verdad, y esta es su última venta.
Cada pieza está hecha a mano, disponible en cantidades limitadas y con grandes descuentos como agradecimiento a sus fieles seguidores.
«No son sólo joyas. Son 35 años de recuerdos, amor y legado. Quiero que tengas una parte de eso». - Atenea


